Cáncer y deporte: ¿por qué es importante no parar?

Practicar deporte regularmente disminuye las posibilidades de sufrir un cáncer. No es una apreciación personal ni un lugar común. Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), “existen suficientes evidencias científicas que demuestran que una vida activa físicamente puede proteger, fundamentalmente, frente al cáncer de colon y de mama”.

La actividad física constante, independientemente de la edad, justifica con datos el enorme beneficio del deporte a la hora de prevenir el cáncer. Es real. Diversos estudios han demostrado que entre las mujeres que hacen ejercicio físico, la probabilidad de desarrollar un cáncer en el seno descienden entorno a un 30 o 40%; los altos niveles de estrógeno en sangre disminuyen y, a su vez, las posibilidades de contraer el tumor. En el caso de los hombres el beneficio es aún mayor ya que mejora en un 50% las probabilidades de evitar sufrir cáncer de colon. ¿Por qué? Mover nuestro cuerpo activa nuestro intestino, eliminando toxinas y agentes cancerígenos.

Ni que decir tiene, pues es obvio, que el entrenamiento deportivo contribuye a disminuir la grasa corporal y a mantener nuestro peso en los kilos adecuados. nuestros pasados, en constante movimiento, sufrían menos de esta enfermedad cada vez más extendida en el mundo desarrollado contemporáneo. Recurrente pero cierto.

Nadie es demasiado joven o demasiado mayor para mantenerse en forma, como decíamos antes. Los beneficios del deporte regular están al alcance de todos.

En el caso de los adultos, lo recomendable es realizar alguna actividad física al menos durante 30 minutos cinco días a la semana. En niños y adolescentes (¡divina juventud!), el ejercicio se deberá prolongar al menos durante 60 minutos diarios.

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