Causas de la celulitis

La celulitis (o piel de naranja) se ha convertido en los últimos años en una de las mayores preocupaciones para muchas mujeres, ya que tiende a convertirse en un problema antiestético que suele afectar de hecho más a mujeres que a hombres, aunque también existen hombres con celulitis.

A pesar de que puede llegar a pensarse lo contrario, lo cierto es que la celulitis no es tan fácil de eliminar como erróneamente se piensa. Pensamiento que, dicho sea de paso, se ha mantenido en el tiempo por la gran cantidad de páginas web que aseguran su eliminación inmediata con ayuda de remedios supuestamente caseros y naturales.

Aunque es cierto que existen determinados remedios que pueden ser de gran utilidad, no hay duda que siempre la mejor opción es eliminar la celulitis con la ayuda de profesionales médicos especialistas en medicina estética.

Causas de la celulitis

Son varias las causas de la celulitis que, generalmente, pueden llegar a provocar su aparición. Entre las más importantes o habituales, nos encontramos con las siguientes:

• Herencia genética
  La celulitis puede aparecer por herencia genética. En este sentido, las estadísticas han demostrado que aquellas mujeres que tienen una madre o una abuela con celulitis, tienen un 50% de probabilidades de padecerla.
• Problemas hormonales
  Generalmente debido a una producción hormonal superior a la normal. La mayoría de estos cambios hormonales tienen lugar durante la pubertad, el embarazo y la menopausia.
• Vida sedentaria en la que no se practica ejercicio físico
  El ejercicio físico es fundamental no sólo para disfrutar de una buena salud, sin porque además de ayudar a activar la circulación, elimina grasa.
• Una mala alimentación
  Disfrutar de una alimentación sana es ideal cuando se quiere igualmente disfrutar de una salud óptima. Y es que seguir una alimentación inadecuada lleva a la aparición de sobrepeso y obesidad, y a su vez provoca la presencia de celulitis.
• Estrés
  El estrés es uno de los mayores enemigos de nuestro tiempo, en el que es normal ir siempre corriendo de un lado para el otro. En este sentido, la tensión que se acumula en nuestro cuerpo debido al estrés puede causar una mala circulación periférica.